viernes, 28 de junio de 2013

Leer es placer, talleres en secundarias de Hidalgo





Anteriormente en Espiral llegamos a creer que impulsar algunas causas sociales era remar contracorriente, afrontar enormes dificultades, desde burocráticas o económicas hasta culturales. Pero con el tiempo la experiencia nos ha demostrado lo contrario, pues en esta tarea de promover la lectura nos hemos encontrado con la posibilidad de llevar, de un lugar a otro, decenas de historias, poemas, canciones o frases a través de una sencilla acción: abrir un libro.

Nuestra labor ha consistido en llegar a espacios que para algunos podrían ser muy pequeños, como por ejemplo, un salón de clase o una biblioteca escolar de nivel básico. Elegimos escuelas de bajos recursos que a veces son sitios lejanos en comunidades periféricas de Hidalgo. Una vez ahí nos ponemos cómodos junto con los alumnos y empezamos a abrir los libros, a leer, a compartir,  a analizar, a reír, a hacernos cómplices de algún autor.

En el proceso de crear este proyecto, nos preguntamos: ¿por qué fomentar la lectura? La respuesta fue siempre que ésta construye personas más creativas, ayuda al entretenimiento y al desarrollo espiritual. También analizamos la situación de la lectura en México, que está por los suelos: 54 por ciento de los mexicanos no lee libros y el 35 por ciento nunca ha leído alguno, según la Encuesta Nacional de Lectura 2012.

Ante esto, resolvimos que promover la lectura no era únicamente una actividad de aprendizaje y entretenimiento, sino una tarea necesaria en cualquier parte de nuestro país, pues si bien hay más alfabetismo en las ciudades, esto no garantiza que la gente lea. Por ello, pensamos en fomentar la lectura como actividad cultural a partir de la infancia y de la juventud para ayudar a construir una sociedad más justa e igualitaria, donde las personas beneficiadas tengan la oportunidad de abrir sus horizontes y erigir su propio criterio.
Entonces creamos el proyecto Leer es placer, el cual tiene por objetivo promover la lectura entre 1200 adolescentes de secundaria de las comunidades Tilcuautla y San Agustín Tlaxiaca en Hidalgo.
El Instituto Hidalguense de la Juventud nos aprobó esta iniciativa, con la cantidad de 24 mil pesos, para realizarse de mayo a noviembre de 2013.

Así, dimos inicio al proyecto. Nos trasladamos a los municipios (ubicados a cerca de una hora de Pachuca, la capital) en transporte público a través de varios caminos rurales. Llegamos a las escuelas, los profesores nos ayudaron a juntar grupos y comenzamos a dar nuestros talleres, círculos de lectura donde buscamos acercar a las y los estudiantes con elementos como la música, el teatro o el cortometraje, a los cuentos, a las novelas cortas,  a los poemas, a las crónicas, etcétera.

Otra de nuestras actividades de Leer es placer es una colecta de libros permanente con la cual se busca hacer crecer las bibliotecas de las escuelas donde estamos trabajando. Hacemos gestiones para que algunas instancias, librerías, editoriales, y particulares donen.

Hasta ahora, el proyecto ha dado muchos frutos, hemos visto decenas de rostros sonreír o miradas enfocadas hacia la lectura de textos, distintas a aquellas con que iniciamos. Por ello, pensamos que uno de nuestros éxitos es la interacción cara a cara, de joven a joven, pues nosotros (los talleristas) somos jóvenes interesados por la lectura que damos nuestros testimonios acerca de cómo leer es placer y de cómo esta ha sido una experiencia positiva, enriquecedora e impactante en nuestras vidas.
Sabemos que hay muchas cosas por venir y que habrá gran cantidad de obstáculos, porque como organización de la sociedad civil siempre es complicado acceder a recursos económicos. Hoy, Leer es placer se realiza con 24 mil pesos destinados a  siete meses. Trabajamos 4 talleristas y en ocasiones nos resulta insuficiente, pues no podemos comprar libros o equipo para mejorar nuestra labor y llevar materiales para todas y todos los beneficiarios. Esto limita nuestro trabajo, en ocasiones reciclamos los cuentos y los llevamos de una escuela a otra…

A pesar de ello, no hemos permitido que los obstáculos afecten al proyecto, pues siempre estamos buscando los medios y a las personas que podrían ayudarnos a llevarlo adelante.

Las y los estudiantes con los que trabajamos son de entre 12 y 15 años de edad, la mayoría de escasos recursos.La región donde viven pertenece al Valle del Mezquital donde gran parte de la población es indígena de la etnia hñähñu. Ahí, la principal actividad local son el comercio y la agricultura, y muchas personas salen a trabajar a Pachuca.

Finalmente, pese a las dificultades con que nos encontramos, hemos tenido grandes logros y experiencias con las y los adolescentes, que van desde ver cómo han evolucionado en su proceso de leer cada vez más, hasta el compartir con ellos momentos de conocimiento mutuo, de esparcimiento a través de una buena lectura, donde todos los participantes lo pasamos muy bien.


Testimonios:
Las cosas que leo son muy reales  y así es como me ayudo para saber qué es lo que hago en mi vida, por ejemplo, saber si estoy haciendo bien las cosas o mal […] Hace poco, mi compañera y yo nos llevamos unos libros de los que Espiral donó, uno se llamaba La línea de la carretera  y me pareció muy interesante (Danaeli, 13 años, Telesecundaria 196 de Tilcuautla, Hidalgo.)
No a todos nos gusta la lectura […] Las actividades que trajo Espiral me parecieron magníficas,  por ejemplo, cuando hicieron lectura dramatizada me pareció muy bueno […] Esa dinámica que ustedes han adoptado me parece genial, porque están haciendo interacción con los alumnos, están haciendo que les llame más la atención, explican de qué trata o en qué termina una anécdota (maestra Holda, encargada de la biblioteca Rafael Ramírez de San Agustín Tlaxiaca, Hidalgo.)
Propuse que viniéramos aquí porque conozco la zona y sé que tiene muchas necesidades no cubiertas. Sólo hay una única biblioteca de la comunidad (Tilcuautla). Los chavos de esta región tienen que emigrar a Estados Unidos, muchos de ellos saliendo de la secundaria […] Es una región que requiere educación para las personas originarias de aquí, porque las personas que van a las universidades cercanas son de otros lugares y de clases sociales más altas (Nalleli Cedillo, integrante de Espiral, A.C.)
Les decimos (a los adolescentes), busquen algo que les interese (en la biblioteca), entonces, claro que les va a empezar a gustar la lectura […] Recuerdo que cuando iba a la preparatoria, tenía una maestra que nos enseñaba literatura y en vez de ponernos a leer nos ponía a hacer correcciones de ortografía y para mí eso era algo que me aburría;  ahora que lo analizo creo que si nos hubiera puesto más a leer, las personas que tenían una muy mala ortografía hubieran empezado a evolucionar en ese sentido, porque con la lectura constante vas aprendiendo mucho de ortografía (Liliana Velázquez, integrante de Espiral A.C.)

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